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Monday, June 6, 2011

EL TESTIGO DEL ACCIDENTE DE ORTEGA CANO HABLA EN LA NORIA

Cristina Merino
domingo, 05 de junio de 2011, 10:18
La familia Mohedano ha visitado al torero varias veces  
La familia Mohedano ha visitado al torero varias veces

Madrid.- El único testigo del accidente de José Ortega Cano ha hablado con el programa de Telecinco 'La Noria'. Rafael, así se llama el testigo -según la información de la reportera Milena Martín- que concedió una entrevista sin cámaras al programa presentado por Jordi González en la que contó detalles del antes y el después del accidente que la semana pasada costaba la vida a Carlos Parra y que mantiene en la UCI del Hospital Virgen Macarena de Sevilla al ex torero José Ortega Cano, lugar al que no dejan de continuarse las visitas de los familiares y amigos del ex matador (ver galería).
Hasta ahora todo son incógnitas y conjeturas en el accidente de tráfico de Ortega Cano. El único testigo del accidente accedió a contestar las preguntas de 'La Noria' aunque sin la presencia de las cámaras ya que Rafael prefiere mantener el anonimato. "Iba delante del coche de Carlos Parra cuando este le adelanta. Pocos segundos después, se encuentra con un fogonazo de frente, unas luces de un vehículo que invade su carril contrario toda velocidad y se choca frontalmente, brutalmente contra el coche de Carlos Parra", así comienza su relato la reportera basándose en las palabras del único testigo de los hechos.
"Lo que hace esta persona totalmente conmocionada es bajar del vehículo, recordemos que estaba su nieta pequeña de apenas dos años que le acompañaba y su padre de 90 años. Con el susto en el cuerpo me ha contado que se acerca al vehículo de Carlos Parra y pregunta si hay alguien ahí, a lo que nadie le contesta. Va al coche de Ortega Cano, pregunta ¿cuantos sois?, ¿estáis bien? y la respuesta de Ortega Cano es somos dos", comenta la reportera a Jordi González.
"El testigo llama al servicio de emergencias que acude al lugar. Lo que nos cuenta esta persona es que Ortega Cano estaba muy aturdido, en estado de shock". El testigo intentó avisar a los demás coches que circulaban por la vía para que no se chocaran con ninguno de los dos coches siniestrados. Sin poder evitarlo, una furgoneta impactó contra el motor del coche de Carlos Para que salió despedido del vehículo del fallecido en el momento del accidente.
Parece que la declaración de este testigo aporta nuevos datos sobre cómo ocurrió el accidente que le costó la vida a Carlos Parra y que mantiene en el hospital al marido de Rocío Jurado. Rafael asegura que el coche del ex torero circulaba a gran velocidad y que cuando se acercó al vehiculo siniestrado de Ortega Cano, "no vio ni olió nada raro". La reportera afirmó que el único testigo está aún muy conmocionado, que no quiere hablar con los medios, salvo con 'La Noria' al que declaró sin la presencia de cámaras.

> Arriba, galería sobre las visitas de los familiares de Ortega Cano al hospital. Abajo, Jordi González y la reportera que entrevistó al único testigo del accidente en 'La Noria'. Foto: Telecinco

http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/270379/la-noria-entrevista-a-rafael-testigo-del-accidente-de-ortega-cano 

Han  pasado nueve días desde que Carlos Parra perdiera la vida al volante tras ser embestido por el automóvil que conducía José Ortega Cano a la altura de Castilblanco de los Arroyos. Nueve días de un profundo dolor que es más trágico para su madre y su viuda, Manoli, que sigue en estado de shock. Su rostro ajado, enmarcado en dos grandes ojeras, advierte su inconsolable tristeza. Enjuga sus lágrimas al ritmo desbocado de su corazón. La impavidez inicial ha dado paso al llanto continuo. Manoli empieza a asumir lo que ha ocurrido, aunque se resiste a entender que sus sonrisas jamás serán devueltas. Esboza gestos que preocupan a sus familiares. Apenas puede articular palabra: “¿Por qué a mí?”, se pregunta incansablemente. La sólida entereza de sus hijos, Sara y Samuel, le están ayudando más de lo que ellos creen. En ellos piensa cuando le sobrevienen los recuerdos que, algún día, le harán feliz. Con ellos se siente segura. Son la muestra inequívoca del amor que mantenía viva su matrimonio. No se mueven de su lado. Por eso, cuando el sábado Manoli se revolvía de sufrimiento, sus hijos le secaban las lágrimas. No está sola. En Castilblanco de los Arroyos, Carlos era muy querido. De hecho, el consistorio decretó, a finales de semana, tres días de luto para demostrar su apoyo total y desinteresado a la familia. El calor de sus vecinos fue evidente cuando, el pasado viernes, cerraron filas en torno a los Parra en la parroquia del pueblo en la que se celebró el funeral por el eterno descanso de Carlos. Se vivieron momentos tensos con la prensa: “de aquí no pasáis”, repetía nervioso un amigo muy querido por la familia. Lógico.
Quienes les conocen subrayan el carácter afable de la familia, aunque mantienen que están saturados. Al terrible dolor de la pérdida, se une la presión de los medios. No quieren platós. Tampoco quieren dinero. De momento sólo se pronunciarán mediante su portavoz, el abogado Gonzalo Ruiz, quien compareció ante los medios de comunicación el pasado jueves. Nosotros fuimos los primeros –y únicos- en contar que la intención de los familiares era comparecer en rueda de prensa. A pesar de todo, los Parra no pueden esconder su indignación. De alguna manera consideran que el tratamiento que los medios están dispensando a Ortega Cano es excesivamente benevolente. No le desean mayor carga que la que tendrá que soportar cuando se recupere. Sin embargo, recuerdan que en otros casos, como el de la hija de Toni Cantó, hubo quien se ensañó públicamente con el homicida que terminó con la vida de la joven de dieciocho años. “En este caso, -me dice un amigo de la familia- la única diferencia es que el personaje popular no ha sido quien ha fallecido, sino el que habría provocado el accidente”. Quién sabe. Cronistas muy prestigiosos tildaron de «kamikaze» o «asesino» al hombre que conducía el vehículo que se estampó contra el de la adolescente.
Una actitud plausible
No se puede negar que los Ortega Cano están teniendo una actitud brillante ante los medios de comunicación. Atienden a los programas de televisión con una normalidad que abruma. A pesar de no estar acostumbrados a que sus palabras sean analizadas hasta el extremo, lo cierto es que no se les puede poner ni un solo pero: “Estamos haciendo todo lo posible para que todos los periodistas estéis informados puntualmente del estado de mi tío, sin embargo no entiendo tantas puñaladas y embistes innecesarios. Desde luego, yo no entiendo el motivo por el que algunos están actuando de esta forma”, me dice Paco Ortega, sobrino del matador, quien ejerce de portavoz a las puertas del hospital Virgen Macarena.
Cuando le pregunté por su pleno convencimiento de que su tío no superaba la tasa de alcoholemia, Paco es tajante: “lo sé porque el abogado de mi tío, que no es Marcos García Montes como algunos han dicho, tuvo que enviar todo tipo de documentación a la aseguradora, entre los que estaba la resolución de la prueba de alcoholemia. Desde luego, si mi tío hubiera ido borracho en el momento del accidente el seguro no se haría cargo de todo lo ocurrido y eso no va a ser así, según me ha dicho el abogado”. A Paco no le gustan las rimbombancias. Por eso le hieren profundamente los comentarios de algunos contertulianos que tachan a los Ortega Cano de frívolos y hieráticos ante el dolor ajeno. Les acusan de no haber mostrado públicamente su conmoción ante tan dramático suceso. Nada más lejos de la realidad. Él mismo se encargó de enviar un telegrama a la familia del fallecido manifestándoles su pesar ante lo sucedido: “por supuesto que sentimos muchísimo lo que ha pasado. Ojalá todo esto nunca hubiera sucedido y la otra persona estuviera viva. Ahora bien, quienes nos critican deberían entender que ahora nosotros también tenemos una preocupación porque mi tío se debate entre la vida y la muerte”.
Renglón aparte merecen las informaciones que advierten que los Ortega Cano se reunieron hace unos días en Yerbabuena para, entre otras cosas, trazar una estrategia para desmarcarse de las polémicas. Parecen dispuestos a no dar ni una: “Nosotros no nos hemos reunido en ningún momento. Únicamente, y quiero dejarlo bien claro, mi tío Aniceto y yo nos fuimos a Yerbabuena a recoger unos documentos que teníamos que enviar a Madrid de forma inminente. Lo que sí es verdad es que, al no podernos costear un hotel todas las noches, nos iremos a dormir a la finca de mi tío José para estar muy temprano en el hospital”. Todo tiene su explicación.

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