LOS EXPEDIENTES X DEL CORAZON, POR KARINA SACARINA

06:53 jul 13, 2011 | Karina Sacarina | General

Los Expedientes X del corazón

Paloma Cuevas y Enrique Ponce van a ser padres por segunda vez, tal y como anuncia la revista ¡Hola!. Luciendo un bikini, cuya parte de arriba me recuerda a un sujetador, la revista ofrece un reportaje de la pareja con su hija Paloma en la playa de Valencia. El pasado embarazo de la esposa de Ponce fue digno de un expediente X, debido a la rumorología que se desató.

Paloma 'desapareció' de la escena pública para aparecer con su hija recién nacida en la puerta del hospital: con varios kilos menos, maquillaje divino y el mismo peinado con el que aparenta más años de los que tiene. Algunas lenguas viperinas comentaban que dicha ausencia de naturalidad en mostrar su embarazo se debía a que éste nunca existió. Mientras que otras decían que si no se fotografiaba a Paloma era porque ella no quería que la vieran gorda… Todo lo contrario que su amiga y miembro del clan “que-pereza” Paloma Segrelles, que apareció en una fiesta de la revista Telva con un vestido blanco y negro, a lo mesa camilla, de cuya visión terrorífica me costó tiempo reponerme.

Tanto ella como Enrique Ponce nunca han montado un escándalo, ni han tenido una mala cara con la prensa, y aunque ambos me parezcan una pareja más sosa que un pan sin sal, Paloma me parece una mujer muy elegante. Siempre fiel a un estilo clásico que en ocasiones puede parecer rancio o cursi, pero con el que nunca falla. ¡Para estar de tres meses, tiene un tipazo envidiable!

Protagonismo en ¡Hola! para la boda de Carolina Cerezuela y Carlos Moyá, dos personajes más propios de otras revistas. Una boda y un reportaje tan hortera como los novios, quienes nos tienen acostumbrados a reportajes absurdos y de escaso interés. A pesar de decir siempre, con ese tono buenrollista, “chicos ya sabéis que yo de esas cosas no hablo” o “no necesitamos casarnos para demostrar que nos queremos”, han terminado casándose y mostrándoselo al mundo entero.

La novia llevaba un vestido feísimo que no había por donde cogerlo, el pelo mal peinado, y esas raíces sin teñir la “achonizaba” aún más. ¡Por no hablar del ramo! Parecía de flores de plástico de una tienda de chinos. El novio iba con smoking y flores plasticosas en la solapa; mientras que la madre de la novia, una señora que parece la Ivana Trump ibérica, con eterna cara de susto en las fotos, también tuvo su protagonism. La verdad es que no me extraña que Pikolín haya cogido a Carolina y a su madre para protagonizar el anuncio, puesto que es verlas a las dos y te entra un sopor… ¡Pereza total!

La princesa Letizia volvió a aparecer mal vestida e inadecuada en dos actos oficiales. Cada vez que asiste a un acto castrense de gala suele vestirse con lo primero que encuentra en el armario, como si fuera a comprar el pan y poniendo cara de poco interés. Para el acto de entrega de despachos en León no podía ser menos: todos de gala menos ella. Para una comparecencia en la Zarzuela eligió unos feísimos pantalones y una camisa de flecos arremangada como si fuera a lavar los platos. En la foto con el presidente de Panamá y su mujer fue la única que desentonaba.

Me cuesta pensar que todavía nadie le haya dado un serio toque de atención en plan “o se viste de acorde a la ocasión o es mejor que se quede en palacio”. Una de dos, o a ella no le da la gana vestirse según las circunstancias o la culpa de que se presente con esas pintas en algunos actos oficiales es de quien lo consiente...

Todas estas noticias quitan protagonismo a la salida del hospital de Ortega Cano, cuyo calvario empieza realmente ahora. Y también pasa desapercibida la sentencia de Mª José Campanario, que se libra de toda responsabilidad y a la que no tardaremos en ver en una exclusiva en ‘¡Hola!’contando lo mal que le ha sentado la sentencia y los juicios de la gente. ¡Ay pena, penita, penita, pena!

Y para terminar unas cuestiones que me tienen en un sinvivir...: ¿Por qué una de las gemelas de Carmen Thyssen se parece tantísimo a su hermano Borja? ¿qué necesidad tienen esas pobres criaturitas de ser mortificados tocando un violoncello más grande que ellas? Algo estará tramando la Baronesa porque un reportaje de sus hijas suele ser antesala de otros asuntos familiares.

Y, por otro lado, creía que la moda de las ‘Jessi’, ‘Jonatans’ y ‘Kevincostners’ había terminado, pero veo que no, que la ‘catetez’ sigue en su punto álgido. Primero la Beckham le pone a su hija ese espanto de nombre, y ahora Alejandro de Moratalaz le pone Dylan a su hijo. No sabemos si lo ha hecho por Bob Dylan (la antítesis de Sanz) o por Dylan Thomas o porque a Raquel en su adolescencia le molaba Dylan de ‘Sensación de Vivir’. De verdad, los padres no deberían dar motivos a los hijos para que estos les odien profundamente…

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