La semana secreta de la reina Sofía en Mallorca
Imagen de archivo de la reina en Mallorca (I.C.)
Paloma Barrientos - 29/07/2011
Saber dónde se encuentran los miembros de la Familia Real fuera de la hoja de ruta que marca su agenda oficial es casi tarea de titanes. Y más ahora en verano. Si no fuera por las filtraciones habituales o los testigos presenciales que informan a los medios, de esas idas y venidas no se sabría nada.
Lo llamativo es que son los ciudadanos los que realizan el trabajo que debería hacer el departamento de Comunicación de Zarzuela cuando se les solicita datos sobre los desplazamientos reales. Las confirmaciones no sólo no existen y utilizan la manida frase “forma parte de la vida privada” como excusa, sino que desinforman sin calibrar que esos momentos también forman parte de los Presupuestos Generales del Estado.
El caso es que hasta que la princesa llegó a la familia Borbón ninguno de sus miembros funcionaba como si fueran famosos de Hollywood escapando de los paparazzi. La princesa fue la primera y lo impuso en su entorno familiar. Prohibió que se facilitara ningún dato e incluso aconsejó negar aunque fuera cierto, como ha ocurrido con su viaje privado a Barcelona para acudir con su hermana al concierto de Bon Jovi. Pero hasta ahora sólo era ella.
Ni las infantas ni la Reina se han escondido nunca y cuando se ha informado sobre el aspecto más lúdico no ha pasado nada. Por eso sorprende que durante una semana y media doña Sofía permaneciera en Marivent tal que fuera la princesa de Éboli en el palacio de Pastrana sin que ningún periodista de medio local o nacional pudiera certificar su estancia, y eso que abandonó Palma para viajar a Jordania, como adelantó Vanitatis.
Este cambio de tercio resulta sorprendente porque no es habitual en la reina, que sabe lo importante que es en estos momentos de crisis una imagen real en Palma. Esta estancia secreta la compartió con su hermana, la princesa Irene, y parece que también con la princesa Alia de Jordania. Se sabe que una de las veces que salió de su “casa de vacaciones” fue para encontrarse con la joyera Isabel Guarch. Tanto ella como su madre mantienen una excelente relación con doña Sofía, que acude a cenar a su domicilio. De hecho, muchas de las pulseras y colgantes que lucen la reina, las infantas y la nuera son obra de esta artista.
Este retiro voluntario desapareció con la llegada de la duquesa de Lugo, Froilán y Victoria a Marivent. Dejó de ser invisible para ejercer de abuela. Uno de los días llevó al primogénito de su hija al club naútico de Calanova, donde los niños participan en un curso de vela.
No comments:
Post a Comment